¿Por qué las chantarelas de quejigo son tan grandes?
Si eres un apasionado de la micología o simplemente te gusta recolectar setas, habrás notado que las chantarelas de quejigo (en particular la Cantharellus subpruinosus) destacan por su tamaño impresionante. En este artículo, te explicamos por qué estas setas alcanzan dimensiones tan notables, especialmente en zonas como el quejigal de Málaga.
Un hallazgo excepcional en Málaga
El 10 de mayo de 2025, en un bosque de Quercus canariensis (quejigo canario) a unos 800 metros de altitud, encontré una chantarela aún joven, pero con un pie que superaba el tamaño de un dedo y medio. Probablemente, si se hubiera dejado crecer, podría haber alcanzado los 180-190 gramos.
Factores que influyen en el tamaño
¿Qué hace que las chantarelas de quejigo sean más grandes que las que crecen bajo alcornoques, encinas o robles? Aunque no hay una respuesta definitiva, barajo varias hipótesis:
- La savia del quejigo: Podría aportar nutrientes clave para un crecimiento más robusto.
- Protección de la hojarasca: La cubierta vegetal del suelo bajo los quejigos favorece un microclima ideal.
- Hojas nuevas en mayo: El follaje joven y verde del quejigo en primavera podría generar condiciones óptimas de humedad y luz.
¿Dónde y cuándo encontrarlas?
En zonas altas como el quejigal de Málaga, estas chantarelas suelen fructificar en primavera, ya que el invierno es demasiado frío para su desarrollo. Sin embargo, en áreas más bajas y cálidas, también pueden aparecer en inviernos suaves.
Si te interesa profundizar en el tema, no te pierdas nuestro artículo sobre la chantarela en Andalucía, donde exploramos su relación con el quejigo y las mejores épocas de recolección.
Una chantarela especial
Antes de concluir, me gustaría dedica este espacio a la memoria de un compañero de bosque, un apasionado de las setas que ya no está entre nosotros pero cuyo legado perdura entre los claros de pinar y los senderos húmedos.
Este otoño nos dejó Chencho, un gran aficionado a la micología natural de Burgos, concretamente de Pinilla de los Barruecos. Para quienes tuvimos la suerte de compartir jornadas de recolección con él, era imposible no contagiarse de su entusiasmo por las chantarelas, boletus y demás setas que crecían en sus queridos montes. Esta chantarela va para ti, Chencho.